En psicoterapia usamos las metáforas como herramienta terapéutica para lograr cambios en la conciencia del paciente sobre su problemática y sugerirle soluciones sin imponer tareas ni reglas de comportamiento.
Esta vez os proponemos esta metáfora como medio para comunicaros con vuestros familiares, amigos, allegados… De una manera directa y participativa, que nos ayude a mirarnos a los ojos a debatir sobre la vida y a tratar de empatizar los unos con los otros.
Para ello os dejamos una maravillosa metáfora de Jorge Bucay y unas preguntas que os pueden ayudar a reflexionar sobre ella y a abrir un “debate afectivo” con vuestros seres queridos.
Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar. Una de ellas dijo en voz alta: “-No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril”. Dicho esto dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente o quizá más tozuda, se dijo: “-¡Uff… No hay manera! Nada se puede hacer por avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora”. Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a casa croando alegremente.
(DÉJAME QUE TE CUENTE… Jorge Bucay)
- ¿Cuál será la posible causa por la que las dos ranas llegan a caer en el recipiente con nata?
- ¿Qué dos formas de entender la vida encontramos en el texto?
- ¿Con qué rana estás más de acuerdo? ¿Por qué?
- ¿Qué actitud habrías adoptado tú? ¿Por qué?
- ¿Qué hubiese sucedido si las dos ranas hubiesen pataleado juntas
- Pregunta a los demás si a lo largo de su vida se han visto en alguna circunstancia similar, de forma que, gracias a su perseverancia, consiguieran sus objetivos. Reflexiona con ellos sobre qué hubiera sucedido si no hubieran insistido y se hubieran dado por vencidos.