Resulta muy inquietante oír a tu hijo expresar sentimientos que no querrías que fuesen ciertos: “que odia a su hermano, que está enfadado contigo…”
Es tentador intentar cortar a un hijo cuando expresa sentimientos muy negativos, pero poner una tapa en un caldero hirviendo de sentimientos no conseguirá apagarlos.
A menudo, los hijos temen sus propios sentimientos internos. A veces se abruman con cólera o resentimiento, frustración, celos o temor.
Si calificamos de malos sus sentimientos, negamos o encubrimos sus sentimientos el resultado puede ser:
1. Una baja autoestima (debo ser malo para sentir así)
2. Una conducta insincera (debo fingir para a ser aceptado por mis padres, si supiesen lo que siento ahora me abandonarían)
3. Perder el contacto con los sentimientos, tanto los positivos como los negativos.
Junto con la cólera, los celos y el temor, se enmudecen la alegría, la excitación, el afecto y la curiosidad.
Un niño cuyos intensos sentimientos negativos se reconocen y que recibe apoyo para expresarlos de forma aceptable, puede transmitirlos eventualmente. No tiene que encerrarse, ocultarse sobre lo que le preocupa. Sólo puede disfrutarse plenamente los buenos sentimientos cuando se puede expresar también los malos.
Se muestran 5 reacciones de los padres que hacen que los niños nieguen sus sentimientos.
- Negar que existen esos sentimientos: “no te duele el codo sólo fue un golpecito”
- Decir lo que el niño debería sentir: “Deberías querer a tu hermano”
- Compara al niño con otros: “Jaime no se porta así en el dentista”
- Responder con ridículo o sarcasmo: “¿Vas a volver a llorar sólo porque no puedes hacerlo?”
- Utilizar amenazas o castigos: “Si te sientes así cada vez que te den un golpe, olvídate de la liga este año”
Estas son algunas de las formas de ayudar a su hijo afrontar los intensos sentimientos negativos:
- Anima a tus hijos a expresar sus verdaderos sentimientos en un entorno seguro y aceptante. Procura la privacidad. Si tu hijo está enfadado contigo intenta no ponerte a la defensiva o quitárselo de la cabeza.
- Ayuda a tus hijos a encontrar diferentes formas de expresarse.
- Ayúdales a gruñir, golpear la almohada… para expresar sus sentimientos de enojo. A veces necesitan contar la misma historia una y otra vez para conseguir una verdadera catarsis. Los niños mayores pueden hacer un dibujo, escribir una carta o llamar a un amigo, al igual que hacer actividades físicas o deportes.
- Anima a tus hijos a que utilicen la imaginación para expresar sus sentimientos ¿Qué desearías haber dicho o hecho?…
- Cuéntale una historia sobre ti en una situación similar en la que sentías cosas similares “recuerdo cuando tenía tu edad…” Tu hijo puede sentir que no está sólo, pero ten cuidado no te vayas a convertir en el centro de atención de la conversación. Sé un buen modelo para afrontar tus propios sentimientos intensos.
- Ayuda a tus hijos a sentirse bien consigo mismo, incluso en situaciones de derrota o decepción. “no ganaste la carrera, pero las mejorado mucho tu estilo mariposa”
Recuerda que en Actúa Psicología cuentas con profesionales cualificados que pueden ayudarte a valorar y trabajar este problema. Para cualquier pregunta o consulta no dudes en ponerte en contacto con nosotras, te atendemos de forma presencial y ¡también online!