¿Cuáles son las emociones y sentimientos que experimentan los niños cuando se produce una separación o divorcio de los padres? En este artículo nos acercamos a esta situación para intentar explicar cómo afrontarla con los más pequeños.
Seguro que antes de pasar por ella, te has preguntado si existe un momento en el que reaccionen mejor frente a la ruptura de la pareja. En realidad no hay un momento perfecto pero sí hay que tener en cuenta algunas variables:
- Vivir una relación hostil entre los padres es peor que la separación.
- La edad del niño.
- El tiempo de convivencia con los dos progenitores. No es lo mismo que los padres se separen cuando el hijo tiene dos años que cuando tiene diez. El niño lo normaliza más cuando es más pequeño.
- La forma en la que los adultos lleguen a un acuerdo y el modo en que se solucionen los problemas relacionados con la educación de los niños una vez separados,
- El mayor deseo de un niño con padres separados es que vuelvan a estar juntos. Así que cuidado con las esperanzas que se puedan generar el niño al ir todos los cumples juntos, vacaciones juntos, etc.
La importancia de la edad del niño
¿Cómo viven los niños la separación o divorcio de sus padres? ¿Qué emociones o sentimientos experimentan según su edad? Te lo explicamos por tramos de edad:
- Hasta los dos años: los niños pequeños no comprenden la separación, no parecen saber realmente qué ocurre si no cambian de forma muy drástica sus hábitos. Los problemas de comportamiento o conductas agresivas son reacciones temporales.
- De 3 a 5 años: entienden la situación como una separación temporal y fantasean sobre la reconciliación de sus padres. En ese tiempo, los niños pueden culpar y creer que son ellos los causantes de la separación. Entre las reacciones temporales se encuentra la enuresis, no querer comer o dormir solos, o problemas de conducta.
- Entre los 6 y 8 años: comprenden la finalidad del divorcio y lo relacionan con el cambio de estructura familiar, echan de menos al progenitor ausente y desean que sus padres vuelvan a convivir juntos. Suelen ser normales las reacciones somáticas, miedo, llanto y problemas de conducta.
- De 8 a 12 años: conocen la finalidad del divorcio y los motivos de la separación. Por ejemplo, pueden pensar “discutían mucho” y que el divorcio es una buena solución para terminar con los constantes conflictos. En estos años son comunes las alteraciones emocionales como la ansiedad, la depresión e incluso las somatizaciones.
Tips para manejar la situación
Teniendo en cuenta todo lo dicho, te dejamos algunos consejos para ayudar a los más pequeños a gestionar sus emociones y sentimientos, y para afrontar la separación o divorcio.
- Presentarlo como una decisión consensuada.
- Intentar mantener la calma y evitar echarnos a llorar o amenazar. Si alguno de los padres se pone a llorar, normalizar y decir que es muy triste para todos pero ya no nos queremos, discutíamos mucho…
- Ayudar a que el niño exprese lo que siente y manifieste sus dudas.
- No intentar reprimir sus reacciones. Es normal que llore o se enfade.
- Contarle cómo va a ser su vida a partir de este momento e intentar que los cambios sean mínimos.
- Mostrar disposición para resolver cualquier duda que le surja en los siguientes días.
- Contarle un poco el plan de cómo va a ser todo a partir de ahora. Cuanta menos incertidumbre haya, mejor.